Toby, el alma gentil que abandonaron

A Toby lo dejaron atado a un poste, sin comida ni agua, bajo un sol abrasador. Lo encontramos apenas en pie, con la mirada llena de una confianza que aún no había perdido. Gracias a personas como ustedes, Toby recibió atención médica, alimento y amor. Ahora se está recuperando, aprendiendo poco a poco que no todos los humanos se van.
Toby estaba atado afuera de un edificio vacío. La cuerda alrededor de su cuello estaba tan apretada que había empezado a cortarle la piel. Tenía la lengua seca y agrietada por la deshidratación. Su pelaje estaba irregular y sus patas temblaban de debilidad.
Pero cuando nos acercamos, meneó la cola. Solo una vez. No ladró ni gruñó. Simplemente nos miró como si preguntara: "¿De verdad están aquí por mí?".
Lo llevamos directamente a la clínica. El veterinario le administró líquidos y le limpió las heridas. Estaba muy tranquilo. Simplemente nos observaba. La primera noche, se quedó dormido con la cabeza en el regazo de uno de nuestros voluntarios.
Después de unas semanas, el cuerpo de Toby empezó a sanar, pero lo que más nos sorprendió fue la rapidez con la que nos daba amor. Seguía a nuestro equipo a todas partes, se sentaba junto a nosotros durante el almuerzo y recostaba su cabeza en nuestras piernas cada vez que descansábamos.
Hoy, Toby vive con una pareja de jubilados que lo sacan a dar largos paseos y lo dejan dormir en su cama. Es el perro más dulce y agradecido que jamás conocerás. El tipo de perro que te hace sentir afortunado solo por conocerlo.
Solo necesitaba una segunda oportunidad. Y alguien como tú se la dio.
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